NUEVO PUEBLO PASCUAL

MANUEL PÉREZ TENDERO

El libro del Deuteronomio finaliza el bloque de la Ley con un proyecto utópico de sociedad justa, en la que todos los miembros del pueblo elegido se consideran hermanos y no existen pobres en la comunidad. El pueblo se convierte en protagonista de su destino, la ley se personaliza y todos se consideran responsables del futuro del pueblo elegido.

Muchos siglos después, en los albores del Nuevo Testamento, el libro de los Hechos de los Apóstoles nos dice que ese ideal que Moisés marcó para su pueblo se cumple ahora en la Iglesia naciente, fruto de la victoria de Jesús sobre la muerte. Este pueblo, que recibe el mismo nombre que Israel en el desierto –asamblea, Iglesia–, vive la fraternidad y se esfuerza en la comunión de bienes, para que no existan pobres en su seno.

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