DEFENSORES DE LA VIDA

Una de las proclamas más características de los cristianos tras el Concilio Vaticano II fue la del compromiso. No se aceptaba una fe que se redujera a los ritos y se refugiara en las sacristías: había que salir al mundo para transformarlo según las claves del Reino. La lucha por la justicia, por los más desfavorecidos, era algo admitido por todos: el mundo necesita testigos, no maestros, decía el mismo papa Pablo VI.

Los protagonistas de esta lucha habían de ser los laicos, los cristianos que estaban en el mundo como fermento en la masa.

No sé hasta qué punto se consiguió transformar la sociedad de aquella época; no sé cuáles han sido los frutos de aquel ardor por el compromiso.

Algunos critican que se está volviendo, en la actualidad, a un cristianismo más tradicional, menos comprometido, más afectivo e individualista; ¿llevarán razón? Los que esto critican también deberían hacer autocrítica y plantearse hasta dónde llega su propio compromiso.

La praxis cristiana no puede quedar reducida a una ideología, a una protesta abstracta que solo se oye cuando está de moda protestar y nos dejamos llevar por la masa.

Creo que uno de los ejemplos más claros del fracaso del compromiso de los cristianos para cambiar la sociedad está en la aceptación social del aborto en nuestro entorno. En estos días, en España, se tramita una ley que favorece aún más esta práctica y podría criminalizar a quienes no están de acuerdo con ella.

Creo que es cierta la constatación que muchos hacen: a día de hoy, en España, está más protegido un huevo de buitre que un feto humano.

¿Será que no se puede hacer nada? ¿Será que esta ley y toda la ideología que hay debajo son compatibles con una vivencia plena de la fe?

Desde el punto de vista de la Iglesia, que comparto, es incompatible la aceptación del aborto con la fe cristiana; es más, es incompatible con un humanismo verdadero que apueste por el futuro del hombre.

El compromiso por la justicia y por los más necesitados tiene en este tema una de las piedras de toque más fundamentales de su veracidad. Si no defendemos al que nadie defiende, si no defendemos nuestra propia especie en su más temprano desvalimiento, ¿cómo podemos decir que luchamos por la justicia y nos importan los pobres?

En el evangelio de este domingo, escucharemos decir a Jesús que es más importante la vida que el alimento y el vestido: ¿cómo podemos luchar por la justicia en el alimento y el vestido si no luchamos, también, por la justicia más fundamental del derecho a la vida?

Algo ha cambiado en nuestra sociedad y en nuestra Iglesia. Existe un silencio, mezcla de miedo y mediocridad, que nos amordaza y nos hace infecundos.

 ¿En dónde está los profetas? Así gritaba un cantautor en los años del compromiso. ¿Dónde está los profetas hoy, las personas valientes que se atreven a ir contracorriente y a defender lo que los poderosos no defienden?

La parresía era una de las características más importantes de la Iglesia primitiva, tal como nos describe el libro de los Hechos de los Apóstoles. Parresía significa libertad, arrojo, valentía: gracias a ella, la Iglesia consiguió vencer al Imperio más grande de la antigüedad. ¿Existe esa parresía en los creyentes de hoy, en los laicos y en sus pastores?

Algún día, espero que no muy lejano, se verá la sinrazón del aborto y la ideología que lo sostiene: desde ese futuro se podrá decir, al menos, quiénes se opusieron a esta barbarie burguesa de la humanidad contra sí misma.

Es fácil hablar cuando todos te dan la razón, es fácil hablar para decir lo que nos dicen que tenemos que decir; pero es mucho más difícil ser profetas en medio del mundo. No obstante, el ser humano ha sido siempre valiente y creativo, no ha dejado de buscar la verdad por mucha presión que ejercieran los intereses de turno de los poderosos. Confiamos en el ser humano, confiamos en la sensatez, confiamos en la vida y en el futuro.

Manuel Pérez Tendero

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s