DE ÁVILA Y DE JESÚS

Ayer celebrábamos la festividad de una de las mayores santas de la historia de la Iglesia, la primera en ser nombrada doctora: Teresa de Ávila, patrona de España y de los abogados, una de las maestras más grandes de la historia en la vida de oración.

 En muchos lugares del mundo, esta fiesta se puede celebrar con sus hijas e hijos, las carmelitas y los carmelitas que extienden el espíritu de Teresa por todo el mundo y a lo largo de la historia. En Ciudad Real, en concreto, tenemos la suerte de contar con tres conventos de Carmelitas Descalzas.

Entre todos los mensajes que esta santa dirige a nuestro tiempo, me gustaría resaltar tres.

Como doctora –Teresa fraguó su doctorado, no en ninguna universidad, sino en la escuela de la vida–, nos enseña los caminos de la verdadera sabiduría. Abundan los listos y los astutos en nuestros tiempos: las empresas y los gobiernos aprenden formas nuevas de convencer a las masas y modelar su opinión; pero no abundan las personas sabias. La sabiduría es una forma de vida que está relacionada con la sencillez y la profundidad, con la bondad y la sonrisa del alma. No es lo mismo ser astuto o inteligente que ser sabio. La astucia y la inteligencia tienen que ver con los conocimientos aprendidos y la eficacia en el obrar; la sabiduría, en cambio, es una cualidad de la persona, forjada con el tiempo y el sufrimiento, a fuerza de escucha y sencillez.

¿No necesitamos personas sabias en nuestra sociedad y en nuestra Iglesia? ¿No son necesarias personas profundas, con autoridad e inocencia, con cercanía y esperanza, que nos muestren con su vida los caminos de la dicha?

Junto a la sabiduría, Teresa quiso sembrar la Iglesia de comunidades de hermanas-amigas que sirvieran para construir una Iglesia en comunión. Es otro de los signos de nuestro tiempo: el enfrentamiento y la ruptura, la separación. Sobran envidias y mediocridad, disputas infantiles y protagonismos narcisistas; falta comunión, amistad humana y aceptación del otro. Sobran críticas y falta misericordia; sobran pactos de conveniencia y falta lealtad. Cuando nos estorban los demás, cuando no caben a nuestro lado, es que hemos olvidado los caminos del Evangelio.

Teresa de Jesús, con el espíritu de sus comunidades, quiere ayudar a la Iglesia a recorrer los caminos sencillos de la amistad, a reconstruir la comunión, a superar críticas y envidias acomplejadas.

El tercer gran mensaje que nos deja Teresa, tal vez el más importante, es el de la oración. «Mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo», rezábamos ayer en el Salmo de la eucaristía. El interior –el corazón– y el exterior –la carne– están llamados a vivir de Dios, a buscar a Dios, a encontrar en él las fuentes de la alegría y la comunión.

En las lecturas de este domingo, también Jesús nos habla de la necesidad de la oración, de perseverar en la oración. En la Iglesia se habla mucho de la oración, se predica, se organizan oraciones y Ejercicios, retiros espirituales y talleres; pero no sé si se reza lo suficiente.

Amar es pasar tiempo con la persona amada, de forma gratuita, por ella misma, no por lo que nos pueda aportar; de la misma manera, la oración es tiempo dedicado a Dios, también gratuito: lo más importante de la oración no es lo que aprendemos o sentimos, sino el hecho de estar con el Amigo.

La oración no puede ser reducida a un medio para conseguir nuestros fines pastorales; no puede convertirse, tampoco, en una proclama ideológica en nuestras formas de entender el cristianismo. Creo que hemos de dar un paso desde el «hablar de la oración» y «preparar oraciones» al «ponernos a rezar».

Para ello hace falta, ante todo, tiempo, jerarquía en nuestras ocupaciones; hace falta considerar a Dios y su presencia como lo más importante de nuestras vidas.

Teresa y sus hijos están ahí como bandera que nos interroga y nos recuerda los caminos del Maestro. Escuchamos su doctrina, contemplamos su santidad: nos esforzamos por vivir lo que ella vivió.

Manuel Pérez Tendero

2 respuestas a “DE ÁVILA Y DE JESÚS

  1. Rosa Porras Canarena 16 de octubre de 2022 / 9:49 am

    Preparar Oraciones …….
    !!que maravilloso propósito!!

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  2. Teresita Díaz 16 de octubre de 2022 / 10:03 pm

    El Espíritu Santo obre en nosotros para hacernos personas con la sabiduría que solo viene de Dios, sabemos que el mundo necesita muchas santas Teresas para devolvernos la esperanza.

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