
Muchos textos de la Biblia siguen siendo un misterio y no dejan de sorprendernos. En la segunda parte del libro del profeta Isaías hay un conjunto de textos que tienen como protagonista al Siervo de Yahvé. Se trata de textos poéticos, de gran calidad literaria y una hondura humana de las más profundas de la Biblia. El gran misterio de estos textos radica en saber a quién se refería el profeta al hablar de este personaje: ¿el pueblo de Israel en su conjunto, el propio profeta, el rey Ciro, el rey Josías? No lo sabemos con seguridad.
Lo que sí está claro es que estos textos han sido aplicados a la figura de Jesús de Nazaret por parte de los primeros cristianos; parece que él mismo comprendió su misión desde la figura del Siervo. Gracias a esta aplicación, se desvela gran parte del misterio de los textos. Parece que el Antiguo Testamento, como diría el gran Benedicto XVI, es un “texto en espera”, que adquiere todo su sentido solo cuando Jesús de Nazaret lo llena de contenido.
El cuarto canto, que habla de la muerte del Siervo inocente, ha sido el texto más utilizado para comprender la muerte redentora de Jesús de Nazaret, el justo definitivo. El primer canto, en cambio, sirvió desde el principio para comprender el Bautismo de Jesús.
La humillación de la muerte ha comenzado con el Bautismo: ahí, Jesús se ha colocado en la fila de los pecadores para asumir el pecado y sus consecuencias; por eso, acabará muriendo por la culpa del hombre, para vencer ese pecado y restaurar nuestra inocencia.
En el primer canto, se subrayan dos características principales del Siervo. En primer lugar, que es “de Yahvé”: su pertenencia es una elección, un don, un privilegio. “Siervo de Dios” no significa una humillación, sino todo lo contrario; también se aplica a Moisés cuando se quiere insistir en su autoridad, que es mayor que la de sus hermanos: Dios habla con “su siervo Moisés” como con un amigo, cara a cara.
El siervo es aquel que ha sido elegido por Dios para vivir en su intimidad y colaborar con sus planes.
En segundo lugar, el siervo de Isaías aparece como un personaje humilde, sencillo, que tiene una misión en la que el contenido es juzgar y gobernar, pero con un estilo nuevo de respeto y ternura. No gritará, no será prepotente, no acabará con los débiles, sostendrá la llama más vacilante. Es el nuevo estilo del Espíritu, vivido desde la interioridad y la paciencia, que comprende los ritmos y las debilidades de los demás, que viene a sostener, no a destruir.
Estas dos características del Siervo de Yahvé se pueden aplicar perfectamente a la figura de Jesús de Nazaret y sirven para abrir su ministerio: en el Bautismo es presentado como el elegido de Dios, como el Siervo-Hijo, más cercano a Dios que el mismo Moisés. Nadie ha estado nunca tan cerca de Dios como él.
Por otro lado, él comienza un ministerio de misericordia, en el que va a buscar a los más débiles para sostenerlos en el camino. Será un ministerio del Espíritu, con mansedumbre y humildad de corazón; una misión desde abajo, desde lo que no cuenta, desde el silencio y la paciencia, desde el ámbito de los olvidados de la historia.
Jesús llena de contenido la belleza misteriosa de los cantos del Siervo en Isaías. Más allá de Jesús, todos los bautizados en su nombre también están llamados a vivir el estilo del Siervo en la existencia cotidiana.
Celebrar el Bautismo de Jesús es agradecer su misión, pero es también recordar nuestro propio bautismo y revisar su verdad. En concreto, es importante recordar esas dos características fundamentales del Siervo que Isaías presenta: la cercanía a Dios y la mansedumbre con los hermanos.
En virtud de su bautismo, el creyente se sabe elegido por Dios por pura gracia, cercano a él, llamado a compartir su misión ante el mundo. En virtud de su bautismo, el creyente se sabe impulsado a una vida en el Espíritu: de humildad, cercanía, pequeñez, respetuosa con los que flaquean.
Quiera Dios que la celebración del Bautismo de Jesús nos ayude a vivir intensamente nuestro bautismo desde las claves del Siervo.
Manuel Pérez Tendero
Estimado Don Manuel, justo recibi esto cuando empezaba a rezar al despertarme
Muchas gracias
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