SIERVOS DEL DINERO

¿Se pueden hacer dos cosas a la vez? Depende de la persona y, sobre todo, de la naturaleza de esas cosas. Un refrán castellano dice claramente: «No se puede estar en la procesión y repicando». En la actualidad, en cambio, sería perfectamente posible: con una aplicación en el móvil y unas campanas automatizadas se podría enviar un mensaje desde la procesión para que las campanas repiquen. El progreso, al parecer, hace posible compatibilizar acciones que antes eran incompatibles.

En el Evangelio, Jesús hace algunas afirmaciones de incompatibilidad. La más famosa la escucharemos este domingo en las iglesias: «Nadie puede servir a dos señores, no podéis servir a Dios y al dinero». ¿Es esto cierto? Aunque fuera cierto en tiempos de Jesús, ¿sigue siendo cierto en nuestra sociedad mágica que todo lo hace posible?

El episodio del joven rico, en aquella época, es un claro ejemplo de la imposibilidad de este doble servicio: una persona buena, cumplidora de la ley, no pudo seguir a Jesucristo porque tenía muchos bienes.

Creo que también hoy hay ejemplos en la misma dirección. Las vocaciones de una especial consagración en la Iglesia son más numerosas en África que en Europa; las iglesias de Kenia están llenas de jóvenes; entre nosotros, en cambio, las iglesias acogen, sobre todo, a personas mayores. ¿No estará debajo la misma lógica que en el joven rico? También la salud y la juventud son una riqueza: ¿será por eso que los ancianos y los enfermos buscan más a Dios?

La sociedad occidental ha hecho una apuesta clara por el dinero como principal valor: ¿no está relacionada esta opción con la disminución de la religiosidad en esa misma sociedad? Es cierto que también se ha puesto de moda el estar a favor de los pobres y ser solidarios; ¿no será una forma de escapar al reconocimiento terrible de que solo nos importa el dinero y nuestro propio bienestar individual? El ser humano necesita un resquicio moral para vivir a gusto con su conciencia. Tal vez la conciencia ecológica actual se pueda interpretar también desde aquí: cumplir esa función de moralizar un poco nuestro estilo de vida marcado por la ganancia individual.

¿Se puede servir al dinero y tener cierta conciencia moral? Los profetas de Israel lo discutirían, pero no es este el tema que estamos tratando. Jesús dice que no se puede servir al dinero y a Dios. Aunque está muy relacionada con la moral, Jesús habla de una cuestión diferente: la religiosidad. Quien sirve al dinero, entonces, buscará una moral sin Dios; si esto es o no posible, sería algo que podríamos discutir, entre otros, con el gran Dostoievsky.

Creo que la experiencia social, por tanto, demuestra la verdad de la afirmación de Jesús: servir al dinero es incompatible con servir a Dios. Esto no evita que, a lo largo de la historia, se haya intentado superar esta dicotomía, bien a nivel práctico o desde el punto de vista teórico.

Una de las formas más sutiles de estos intentos ha sido el deseo de construir un Dios a nuestra medida y utilizarlo para nuestros fines; es algo que se ha pretendido a lo largo de toda la historia; hoy, también, aunque sea en una versión más secular e ilustrada.

Otra forma ha consistido en separar la dimensión pública y laboral de la dimensión personal: servir a Dios en privado y servir al dinero en el ámbito social. Creo que es claro lo que la Biblia pensaría al respecto.

Para Jesús y los profetas de Israel, el dinero es un medio y Dios es lo único absoluto; desde ahí aprendemos también que todo lo personal está por encima de lo económico. Cuando prima el dinero, lo personal se desdibuja y el amor se hace imposible.       La religión verdadera y el amor genuino van siempre de la mano, viven de las mismas constantes: cuando el dinero se convierte en señor de nuestras vidas y en horizonte principal de nuestra sociedad, se hace imposible el amor y se pervierte la religión.

Las palabras de Jesús seguirán siendo siempre proféticas, y lo son para todos, no solo para los demás: a su lado, vamos aprendiendo las claves para hacer más humana nuestra vida.

Manuel Pérez Tendero

2 respuestas a “SIERVOS DEL DINERO

  1. Rosa Porras Canarena 18 de septiembre de 2022 / 10:51 am

    Cómo es habitual una excelente reflexión y, como toda buena reflexión, entra en lo más íntimo ; esta intimidad me lleva a la pregunta ¿busco yo al Señor, mi Dios, por edad?….después de una vida pérdida?
    Si esto es así, no debo desesperar porque también tenemos otro dicho » nunca es tarde sí la dicha es buena»
    !! Señor ven pronto!!

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  2. Flor 18 de septiembre de 2022 / 4:47 pm

    Muy buenas reflexiones para la vida, para renovarse y encontrarse con las vivencias de Jesús aplicándolas en el día a día.
    Un abrazo de unión cariño y Gratitud

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