
Finaliza un año con la noticia de la muerte del papa Benedicto XVI. Normalmente, el Año nuevo sirve precisamente para esto, para felicitar el tiempo que llega y mirar al futuro; pero creo que es también importante mirar al pasado, al año que se nos va. No se trata de recordar con nostalgia tiempos que ya no volverán, sino de recoger en la memoria del corazón todo lo que nos ha aportado este tiempo regalado que, en la memoria de Dios, quedará vivo para siempre.
El Año nuevo cristiano llega siempre bajo la figura de María de Nazaret, Madre de Dios. Una de las características que subraya el evangelista san Lucas de María es su capacidad para guardar los acontecimientos en su corazón y meditarlos. Con ella, queremos aprender a guardar el año que termina para que enriquezca nuestra memoria y nos aporte sabiduría.
En este año habrá habido alegrías, consecución de metas; habrá habido, también, proyectos nuevos e ilusiones que se inician. El año también habrá tenido tristezas y frustraciones, dolor; tal vez, hemos perdido a alguna persona querida o nos ha visitado la tragedia; son ingredientes de la vida con los que debemos construir nuestra persona y nuestro futuro.
Es fundamental, para ello, la forma en que reaccionamos ante los retos que la vida nos presenta. Debemos aprender a agradecer el pasado y, en su caso, a perdonarlo: la vida se compone también de heridas abiertas y cicatrices curadas.
Creo que no es humano y nos hace muy superficiales ir saltando de año en año, sin saborear el tiempo presente que nos es regalado, sin dejar que la memoria tenga tiempo para digerir la vida.
La muerte del papa Benedicto al finalizar el año también nos invita a mirar el pasado reciente de la Iglesia, repleto de gracia y desbordado de retos. Es posible que, con la muerte de este gran teólogo convertido en papa, haya terminado una etapa de la historia reciente de la Iglesia: ha sido un colaborador y un continuador del pontificado del papa san Juan Pablo II; por otra parte, el papa Francisco llega desde latitudes nuevas, que nunca antes el papado había conocido.
¿Qué nos ha regalado Dios con la vida y la misión del papa Benedicto?
Ha visitado tres veces España como papa: tuve la suerte de estar en dos de esos momentos, en Valencia y en la JMJ de Madrid. También tuve la suerte de saludarlo, cuando era cardenal, en Jerusalén, a las puertas del Cenáculo.
Nos ha dejado su pequeñez y sencillez como persona, su humildad, y su gran hondura espiritual como teólogo. Benedicto representa, tal vez, lo mejor de una época de la historia de la Iglesia, que ayudó a construir el Concilio y se esforzó por ponerlo en práctica.
La Iglesia siempre ha sido un pueblo que ha creado teología: para alabar a Dios, para construir la fe, para emprender la evangelización. Cuanto más profunda y sencilla es esa teología, cuanto más verdadera y creyente, más frutos produce la Iglesia y más alegre y motivada se vive en medio del mundo.
Con la ingenuidad de un niño pequeño, siempre he pensado que necesitaría un largo rato de conversación con Benedicto, lo he deseado, sabiendo que, tal vez, el Señor me lo conceda más allá de este tiempo que se pasa con los años.
Querría hablar de teología con él: de Jesucristo, de la Iglesia, de la Biblia, de la pastoral, del mundo y la cultura de nuestro tiempo; querría hablar de espiritualidad, de belleza, de arte, de santidad. En la vida hay personas con las que te sientes espiritualmente cercano y sabes que te enriquecería tu trato con ellas: en la comunión de los santos, no perdemos la esperanza.
Benedicto ha sido un papa humilde, un teólogo profundo; pero ha sido, por encima de todo, un cristiano convencido, un colaborador de la Verdad, un amigo del Maestro.
Feliz tiempo nuevo para él. Feliz año nuevo para todos nosotros…
Manuel Pérez Tendero
Muchas bendiciones para todos lo sacerdotes del mundo . Y en especial para Don Manuel Pérez Tendero y todos los sacerdotes y religiosos (a) de Ciudad Real , seminaristas y estudiantes del seminario. Gracias Don Manuel por compartir sus enseñanzas y su sabiduría a través de Cautivados por la Palabra, a un público cediendiento De Dios .
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Muy emocionante su nota
Lo veo en sus videoaudios todos los dias en Cautivados por La Palabra, que me enriquece dia a dia
Gracias
Patricia
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